
DIA DE LA INDEPENDENCIA
Tranquilos, que esto no tiene nada que ver con la historia ni con esas afamadas tendencias nacionalistas que tan de actualidad están hoy en día en nuestro país. Es solo que esta vez me ha tocado a mi escribir la crónica de la salida dominguera y creo que este título le va que ni pintado a lo ocurrido, aunque también podría haberlo titulado: "catástrofe", como bien apuntó alguno de los asistentes, ya que la jornada fue algo desastrosa , sobre todo porque aunque no cayó ni una gota de agua como nos temíamos, volvió a llover sobre mojado en algunos temas.
Éramos pocos. Probablemente las navidades hayan hecho estragos en muchos de los nuestros porque sobrevivir a la continua avalancha de comida y bebida, un día sí y otro también, no es fácil, y si a esas supuestas secuelas físicas o fisiológicas, que de los dos tipos habrá, le sumamos el frío y la pereza del invierno, nos encontramos con el cóctel perfecto que ayuda, y mucho, a tomar la decisión de cambiar la bicicleta por la cama incluso antes de que suene el despertador. No obstante, a todos nos cuesta el mismo esfuerzo salir de la cama en esas condiciones, y hubiese sido bonito recibir el primer domingo del año con una buena grupeta de Parque Goya en la carretera, pero desgraciadamente no fue así, y es una pena la falta de motivación, porque supongo que solo se trata de eso, que mostramos por salir con el club y dar pedales con los compañeros al menos una vez a la semana. Aunque también hay que recordar que en estas fechas todavía puede haber gente que esté de viaje fuera de Zaragoza, otros que todavía siguen convalecientes, y otros, como el presi, que siempre que se acercan fechas señaladas ahí está él, comprometido con la causa y dispuesto a entregarse en cuerpo y alma a sus vecinos. Y es que, como dicen los políticos, hay que gobernar para la mayoría, y hoy estaba prevista más asistencia de gente a la cabalgata de reyes del barrio que a la salida del club, nunca mejor dicho (y doy fe de que así ha sido y que ahí estaba él, a pesar de que llovía un poco).
A las nueve menos diez, y con dirección a la rotonda de la Avda. de Cataluña con el tercer cinturón, salíamos de Parque Goya Jesús (Astros), Fernando, Luis, Bakale, Alberto y César. Al llegar allí solo nos estaba esperando Javi, y sin parar y pasando cinco minutos del horario nos dirigimos ya hacia Santa Isabel charrando y con paso tranquilo. Allí esperábamos encontrarnos a Marcos que no apareció, y aunque en un principio se temió que un posible exceso de entrenamiento de los días anteriores hubiese podido pasarle factura, o eso al menos contaban sus compañeros de entrenamientos secretos (que no eran otros que Fernando, Luis y Astros….), finalmente el domingo por la tarde pude saber que Luis, del que no se había despegado en los últimos días, le había pasado una cepa virgen del virus de la caguera que a él mismo le tuvo apartado de las carreteras la última semana, y parece ser que Marcos se encuentra literalmente pegado al inodoro liberando sobrepeso y afinando la tipo de cara a la copa master. Esperamos que se recupere pronto.
El caso es que no se si fue por el disgusto de no habernos encontrado allí a Marcos o porqué pero desde ese mismo momento Fernando y Luis pusieron ritmo cuartelero hacia Villamayor. El paso por la localidad y la subida del cementerio se hizo a ritmo, pero ¡qué ritmo!, porque más de uno empezaba el día yendo con el gancho desde prácticamente la salida.
Por la parte trasera se oía una voz que repetía: “alguno lo pagará”, “alguno lo pagará”,… pero se coronó el repecho y en lugar de levantar el pie, y haciendo caso omiso a los avisos que llegaban desde la segunda fila, se siguió incrementando el ritmo como si se fuese a sortear una plaza para la QH 2010 ente los primeros que llegasen ese día.
Al tiempo que tomábamos el desvío hacia Farlete el pequeño grupeto se fraccionaba en tres, quedando por delante Fernando, Astros y Javi, con César en tierra de nadie, y un poco más atrás Bakale, Alberto y Luis, que sin tardar mucho ya había empezado a pagar lo que le habían augurado. Finalmente los primeros bajan un poco el ritmo y antes de desviarnos hacia Perdiguera conseguimos reagruparnos todos de nuevo, y se impone un ritmo tranquilo que nos permite recuperar el aliento y poder retomar las conversaciones interrumpidas casi súbitamente en Villamayor.
Pasado el calentón seguimos todos juntos hacia Leciñena mientras se decide por mayoría anular la subida al alto de Alcubierre y también la subida a la virgen de Leciñena porque se empezaban a avistar algunas nubes negras en el horizonte, que sumadas a los avisos de posible lluvia del parte metereológico, al frío que hacía, y escarmentados ya de otras batallas, hacían presagiar que las podíamos pasar canutas, y esta vez no quisimos correr ese riesgo. Aunque también hay que decir que si no se hubiesen cambiado los planes, más de uno se hubiese quedado a tomar un café en Leciñena sin subir a Alcubierre porque la pechugada del inicio del día había dejado pocas ganas entre el personal.
Así tomamos el desvío hacía San Mateo mientras nos echábamos unas risas decidiendo a quien íbamos a culpabilizar de esa espantada, del calentón de Villamayor, y de qué íbamos a escribir en la crónica con lo poco que había dado de sí el día, pero es que entonces aún no sabíamos que la jornada nos tenía reservada una nueva sorpresa.
Fernando consigue sacarle unos metros al grupo antes de llegar al alto y decide tirar en solitario hasta el cruce de San Mateo. El resto del grupo conseguimos, por fin, organizarnos medianamente bien, y entrando todos a relevos y a un ritmo decente pero perfectamente llevadero por todos empezamos a bajar hacía San Mateo tras Fernando. Pero como aquello empezaba a pintar muy bien para lo que estamos acostumbrados, el destino decidió devolvernos de nuevo a nuestro caos y un radio de la rueda trasera de Luis dijo que hasta ahí había llegado, obligándonos a parar un buen rato para retirar el radio roto y recomponer un poco una rueda que parecía que podía hacer aguas de nuevo por cualquier otro lado (había más de un radio completamente suelto y la rueda parecía un ocho. Puede que el único que llevase llave de radios fuese Fernando, que andaba por delante….).
Mientras estábamos en estas lides pasan varias grupetas bien nutridas de ciclistas dirección a Leciñena. Sus ritmos parecían vivos pero a la vez amigables con todos los integrantes, y al mismo tiempo que los saludamos nos preguntamos: “¿y porque no podemos nosotros salir así, tantos y tan juntos?” …………………………..y en esas Fernando seguía cabalgando en solitario hacia San Mateo desconocedor de lo que había pasado.
Ya una vez solventado el problema iniciamos de nuevo la marcha a ritmo de paseo porque la rueda de Luis no estaba para muchas alegrías, aunque algunos, como César, se dan un pequeño arreoncillo adelantandose un poco al grupo para entrar en calor ya que el parón nos había dejado helados, y pronto nos topamos también con Fernando que volvía a nuestro encuentro.
Bien, por fin parece que aunque por causas del destino vamos a poder ir todos juntos hasta casa, pero NO!!!, una vez en el cruce de Zuera el grupo se vuelve a separar. Javi, Astros y Fernando deciden acometer la subida al kartódromo mientras Bakale, Alberto Luis y César siguen rumbo a Parque Goya, aunque antes de llegar a Villanueva son alcanzados de nuevo por sus tres compañeros. Otra vez todos juntos, pero NO!!!, saliendo de Villanueva parece que la relajación nos vuelve a dividir en dos, y a la altura de la universidad de San Jorge los de delante tienen que mirar atrás para esperar a los demás y volvermos a unir, pero ¿por cuánto tiempo?, ¿durará mucho?, pues NO!!!. Aún no habíamos salido a la autovía cuando Bakale ya se había ido por delante llegando en solitario a Zaragoza, y Luis y Alberto también se quedan cortados a la altura de la gasolinera del Cid. Pero, dios mío!!!, ¿Cómo podemos estar llegando en tres grupos a Zaragoza si somos siete y vamos casi de paseo?!!!. Como dice el título de la crónica, aquello parecía el día de la independencia, con cada uno por su lado,.....y culpables todos.
Al menos, acabamos el día con unas risas mientras nos tomábamos un aperitivo en el Tabernalia, que como aún eran las once y media de la mañana todavía faltaba mucho para la hora de comer.
Parece mentira cuanto pueden dar de sí 69 kilómetros y siete tíos en bici, y eso que pensábamos que no íbamos a tener nada que contar en la crónica.
Un auténtico desastre señores. Ni planificándolo podemos hacerlo peor. En este tiempo hemos conseguido formar un grupo de amigos cojonudo, que nos llevamos todos muy bien y que nos gusta pasarlo en grande tanto encima de la bici como fuera de ella , pero todavía tenemos que mejorar mucho como club, y lo tenemos fácil porque los cimientos son buenos. No hay nada de malo en como hacemos las cosas, ni en si viene mucha o poca gente a las salidas, porque lo verdaderamente importante es pasarlo bien y eso lo sabemos hacer, pero resulta que con un poco, solo un poco más de organización y voluntad por parte de todos funcionaríamos mucho mejor como club, y puede que más de uno de esos que se quedan en casa decidiese hacer el esfuerzo de salir en bici con nosotros los domingos. Tenemos que mejorar.
En cualquier caso, y aún en días como este, siempre es un placer. FELIZ AÑO A TODOS !
6 comentarios:
Enhorabuena Cesar por esta detallada y apasionantre crónica del domingo.
Estoy contigo en que si queremos crecer como club debemos de poner TODOS nuestro granito de arena. La participación es fundamental y la organización no lo es menos ya que como bien dices está genial ser muy amigos, pero cuando salimos a la carretera se nos tiene que notar que además que vivimos a tope la pasión por este deporte. Los cimientos están, poco a poco con las ganas y el compromiso de cada uno iremos construyendo algo grande. Desde luego contad conmigo para lo que sea.
Este sábado es un gran día para nuestro club; venir con ganas de pasarlo bien (sin bicicleta, claro....)
Por cierto Luis, esto es una señal para que te traigan los reyes unas ruedas nuevas, ja, ja...
Mejor imposible César tienes tida la razón, muy buena crónica.
Joder otro que vale para politico!!!
La cronica muy buena cesar..
La cronica cojonuda lo unico que falta es poner un poco mas a parir a fernando
Pues yo me lo pasé muy bien y me reí un montón. En cuanto a lo que dices,César, sobre la falta de organización; no te preocupes todo va cojonudamente. El espíritu de Pancho Villa siempre cabalgara a nuestro lado.
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