CRONICA DEL DOMINGO POR ALBERTO

Eran las 9 pasadas ya, estábamos Luis, Bakale, Marcos, Peñalosa, Jesús, Roberto, Sarosa y el que escribe. Como de costumbre, salimos cada uno a nuestra marcha por la autovía de Huesca calentando los músculos y contando las batallas de la semana. A la altura de la Universidad de San Jorge vemos a lo lejos alguien de amarillo que viene en sentido opuesto, antes de ver quien es, todos decimos: ¡es Fernando, se ha equivocado y ha salido antes! … hemos acertado. Tras dar las explicaciones pertinentes, entramos en Villanueva, donde de forma sorprendentemente organizada, partimos la grupeta en dos, Bakale, Peñalosa y Jesús prefieren recortar algo la etapa y ascienden hacia Castejón de Valdejasa, donde quedamos en el bar. El resto, a sabiendas del viento que nos esperaba, seguimos rumbo hacia Zuera, donde tomamos una variante que conoce Sarosa y nos permite recortar un poco, y como era de esperar, nada más salir a la carretera de las Pedrosas, se nos une otro protagonista de la jornada, el viento.
Vamos pasando al relevo, unos más que otros, lo digo por mi, que solo di uno, el esfuerzo es notable, cuesta superar los 20 Km/h, y esos veinte kilómetros se hacen eternos. Aprovechamos para comer algo sobre la marcha ya que empezamos a sentir el esfuerzo y se acerca el inicio del alto de Sierra de Luna, donde el cambio de carretera, en estado más que lamentable, coincide con el tirón por parte de Fernando, Roberto y Sarosa, que se escapan sin que opongamos mucha resistencia Luis, Marcos y Alberto, asumimos nuestro destino y nos veremos en el alto. Vemos como al poco se descuelga Sarosa de la cabeza y finalmente será Fernando el que corone escapado antes de venir a nuestro encuentro. Desde el alto, emprendemos el descenso juntos, pero las posibilidades de pegar un llantazo son altas, por eso me ofrezco voluntario para probar una vez más las destrezas mecánicas de Fernando, que junto a Roberto, me acompañaran en el resto del descenso hasta el punto de encuentro en el bar de Castejón, donde esperaban hacía media hora Bakale, Jesús y Peñalosa. Coincidimos con la grupeta del Utebo, en la que estaba Víctor, viejo conocido del club, nos comentan que Cipollini debía de estar por el Piri.
Tras el refrigerio, salida hacia Villanueva, pero ahora le toca el turno a Jesús: pinchaaaaazo! Los teléfonos empiezan a funcionar: “hola cariño, llegaremos un poco más tarde”. Seguimos el ascenso, por detrás Marcos, con mi famosa frase “no puedo más”, con Jesús, por delante el resto, descolgándome yo en la parte final, las fuerzas flojean, el día estaba siendo durillo. En lo alto, iniciamos el descenso, una vez más en grupos partidos, y vemos que falta gente por detrás, bajamos suaves para juntarnos pero no llegan, suponemos que hay otra avería: “hola cariño, soy yo otra vez, llegaremos más tarde todavía”. Fernando da la vuelta para controlar la incidencia y resulta que a Marcos se le bloquea el núcleo cuado deja de pedalear, de su rueda sale un ruido que acojona. Seguimos el descenso jurando que no volveremos nunca por esta carretera hasta que no la arreglen, pero todos sabemos que pronto volveremos por ella.
Ya en Villanueva, a una velocidad moderada, sigue la grupeta junta, y como es habitual, al salir a la autovía toca atarse los machos, se huele la volata. Fernando hace de lanzador poniendo un ritmo exigente, aguantamos como podemos, me parece que pasa Roberto, luego Bakale, y finalmente el último tirón lo pega Marcos, que parece que no iba tan justo como decía, y con más corazón que fuerza, logro pillarlo y entramos juntos en la rotonda de la MAZ. Paso rápido por el Félix, saludos rápidos a Gavitus que nos trae las licencias y nos da la mejor noticia del día, la semana que viene sale ya con todos.